viernes, 18 de septiembre de 2009

Rey Despeinado

Varado entre un mundo triunfalista, lleno de los comos, los porques y las poses, sale un niño de un hoyo, todo chamagoso y sin rumbo fijo, sólo sale del hoyuelo y se limpia sus ropas que son puros trapos pegados con sudor y tierra. Por último se acomoda su jughead. Me pide la hora y se va. Quedo atónito, viendo como se aleja sin ninguna prisa entre calles llenas de basura y charcos de agua maloliente. Entonces entro al bar, pido un tarro espumoso de la cerveza más fría y obscura. La mesera sirve sin decir nada chusco, tonto, infantil o empalagoso. Sólo sirve amable y efectivo. Entra en mi panorama una chica llorando, la mesera la consuela, pues es su conocida, le pregunta quién fue el causante de su desdicha, lo señala, le menciona cosas y le pide que no le reproche nada. Encarada y valiente va la amiga mesera hacia el hombre, éste muy sereno, seguro, sin nada que perder, con anillos, esclava y una virgen de oro en el pecho, espera a la mesera enfurecida. No alcancé a oir lo que le dijo, simplemente se va el hombre entre risas. La chica lloraba cada vez menos con gotitas negras escurriendole abajito de sus ojos. Me voy un poco ebrio del bar de mala muerte, cuando salgo el niño del hoyuelo, chamagoso y con su coronita de tela, me ve directo a los ojos, risueño me dice que las noches con pan son buenas, pero con penas las recuerdas más.

No hay comentarios: